sábado, 30 de marzo de 2013

Te quiero y por eso te hago cada día más cornudo



Esta noche tengo cita con un exnovio e iremos al teatro. Después ya veremos. Déjame decirte que es un chico que tiene una superpolla. Algo mulato y con una polla descomunal. Con él me lo he pasado de maravilla. Me encantaría que me masturbara en el teatro. Veré que podemos hacer. Comenzaré calentándolo allí porque luego es casi seguro que vamos a su nuevo departamento.

Quiero conocer su nuevo piso follando con él por doquier, por todos los rincones y las esquinas, cornudo, algo que tú JAMÁS podrás hacer y lo sabes. Y por eso te excita. Y cuanto me esté follando gritaré tu nombre y le hablaré de ti, de mi novio cornudo e impotente para que se excite más, se ponga como una bestia en celo y me folle con más fuerza llegando hasta el fondo de mi. Y me dejará el coño abierto y sin duda mi culito tmbn gozará abierto.


Y mientras me folla repetiré tu nombre: "Antonio mi cornudo impotente", mi putita. Te quiero, te quiero y te quiero. Lo sabes. Y por eso te haga cada día más cornudo y cada día te humillo más. Para que goces y para que yo disfrute al verte a ti gozar. Te quiero. Y porque te quiero te hago cornudo para que veas como disfruto humillándote, para que goces conmigo de mis placeres, para que sufras con tu pilila durita mientras follo con un macho de tremenda polla. Para reiterarte que nuestro amor es maravillosamente libre y sin duda más que terrenal.

Por eso te digo, mi cornudo impotente, que esta noche un verdadero macho me hará gozar. No como tú que no sirves ni para eso. Incluso lamer mi coño es mucho para ti. Y a lo mejor, para que sufras más, es probable que no use condón. Él es un chico muy cuidadoso, pero no lo sé. Aunque me gustaría sentir su enorme polla en mis coño sin que haya nada en medio. Pero como imagino que tu clítoris se pone durito, te dejaré porque además tengo mil cosas más importantes que hacer.
Besos, cornudo impotente.

martes, 5 de marzo de 2013

No todo van a ser cuernos para el cornudo



No todo van a ser cuernos y humillación, me dices. ¿No? No. Necesito más. Necesito humillarte pero también saber que me amas sin límite alguno por lo que a partir de ahora siempre que te ponga los cuernos, cuando mi amante se haya ido, tendré contigo una sesión especial para adiestrarte y humillarte.

Y has comenzado hoy mismo, cuando has despedido a tu amante con un beso en los morros (a mi solo me das ligeros besitos) y me has dicho que vaya al cuarto de los castigos donde me has echado en el suelo y has restregado tu coño sobre mi cara, sin lavar, recién follado.

- Lame, cornudo. Ahora viene mi verdadero placer.

 Lo sé, porque gozas más después de hacerme cornudo que haciéndolo. 



- Follar es fácil -me dices-, lo puede hacer cualquiera y de hecho lo hacen. Echar un polvo está muy bien, me corro de gusto al verte humillado, pero lo que más me gusta es   azotarte después. Eso es un placer que ni te puedes imaginar. Gozo contigo como una loca, cornudo. Así que prepárate que ahora empieza lo bueno.



Y me he levantado y he ido a la pared para levantar los brazos, como siempre. Y  tú has comenzado a azotar mi pollita dura, a humillarme a decirme que me encanta ser cornudo, y apaleado. Y que me azotes de después de hacerme cornudo. 
- A ti te encanta, mira tu pollita dura, pero a mi me vuelve loca.
- Lo sé, mi Ama
- Pero sabes lo que más me gusta, lo que más me excita, lo que me vuelve loca de placer, así que dilo mientras te azoto y te humillo después de ponerte los cuernos. ¡Dilo!
- Te quiero, amor mío.