sábado, 30 de marzo de 2013

Te quiero y por eso te hago cada día más cornudo



Esta noche tengo cita con un exnovio e iremos al teatro. Después ya veremos. Déjame decirte que es un chico que tiene una superpolla. Algo mulato y con una polla descomunal. Con él me lo he pasado de maravilla. Me encantaría que me masturbara en el teatro. Veré que podemos hacer. Comenzaré calentándolo allí porque luego es casi seguro que vamos a su nuevo departamento.

Quiero conocer su nuevo piso follando con él por doquier, por todos los rincones y las esquinas, cornudo, algo que tú JAMÁS podrás hacer y lo sabes. Y por eso te excita. Y cuanto me esté follando gritaré tu nombre y le hablaré de ti, de mi novio cornudo e impotente para que se excite más, se ponga como una bestia en celo y me folle con más fuerza llegando hasta el fondo de mi. Y me dejará el coño abierto y sin duda mi culito tmbn gozará abierto.


Y mientras me folla repetiré tu nombre: "Antonio mi cornudo impotente", mi putita. Te quiero, te quiero y te quiero. Lo sabes. Y por eso te haga cada día más cornudo y cada día te humillo más. Para que goces y para que yo disfrute al verte a ti gozar. Te quiero. Y porque te quiero te hago cornudo para que veas como disfruto humillándote, para que goces conmigo de mis placeres, para que sufras con tu pilila durita mientras follo con un macho de tremenda polla. Para reiterarte que nuestro amor es maravillosamente libre y sin duda más que terrenal.

Por eso te digo, mi cornudo impotente, que esta noche un verdadero macho me hará gozar. No como tú que no sirves ni para eso. Incluso lamer mi coño es mucho para ti. Y a lo mejor, para que sufras más, es probable que no use condón. Él es un chico muy cuidadoso, pero no lo sé. Aunque me gustaría sentir su enorme polla en mis coño sin que haya nada en medio. Pero como imagino que tu clítoris se pone durito, te dejaré porque además tengo mil cosas más importantes que hacer.
Besos, cornudo impotente.

martes, 5 de marzo de 2013

No todo van a ser cuernos para el cornudo



No todo van a ser cuernos y humillación, me dices. ¿No? No. Necesito más. Necesito humillarte pero también saber que me amas sin límite alguno por lo que a partir de ahora siempre que te ponga los cuernos, cuando mi amante se haya ido, tendré contigo una sesión especial para adiestrarte y humillarte.

Y has comenzado hoy mismo, cuando has despedido a tu amante con un beso en los morros (a mi solo me das ligeros besitos) y me has dicho que vaya al cuarto de los castigos donde me has echado en el suelo y has restregado tu coño sobre mi cara, sin lavar, recién follado.

- Lame, cornudo. Ahora viene mi verdadero placer.

 Lo sé, porque gozas más después de hacerme cornudo que haciéndolo. 



- Follar es fácil -me dices-, lo puede hacer cualquiera y de hecho lo hacen. Echar un polvo está muy bien, me corro de gusto al verte humillado, pero lo que más me gusta es   azotarte después. Eso es un placer que ni te puedes imaginar. Gozo contigo como una loca, cornudo. Así que prepárate que ahora empieza lo bueno.



Y me he levantado y he ido a la pared para levantar los brazos, como siempre. Y  tú has comenzado a azotar mi pollita dura, a humillarme a decirme que me encanta ser cornudo, y apaleado. Y que me azotes de después de hacerme cornudo. 
- A ti te encanta, mira tu pollita dura, pero a mi me vuelve loca.
- Lo sé, mi Ama
- Pero sabes lo que más me gusta, lo que más me excita, lo que me vuelve loca de placer, así que dilo mientras te azoto y te humillo después de ponerte los cuernos. ¡Dilo!
- Te quiero, amor mío. 

miércoles, 27 de febrero de 2013

ENTREGADO

 



Mi adorable DUEÑA,
ya he perdido la noción de donde están los limites,
es que ya no tiene importancia saberlo,
me hundiré de su mano en cuanto escenario me proponga.

Ya no queda bastión por conquistar,
todo mi ser se ha rendido,
solo queda entregarme a su sadismo
para que ambos disfrutemos de lo perro arrastrado que soy, su perro, solo suyo.

Quiero DOLOR, quiero SUFRIR, quiero SANGRAR para y por usted.

Quiero ese DOLOR emocional
que cada vez es más intenso
y que con tanto placer ambos disfrutamos cada uno desde su rol.

QUIERO MAS

Quiero terminar llorando a sus pies agradeciendo por tanto sufrimiento

Rogando
por mas tortura,
mas degradante,
hasta que mi alma se desmaye de tanto dolor y placer.

Acá esta su esclavo hijo de mil puta,
su perro faldero, su basura, su felpudo, su cornudo de mierda

LA espero con mi yugular en bandeja.

Ya no queda nada mas




Solo disfrutar de tan delicioso DOLOR

PIDO DOLOR




Me hierve la sangre cuando siento ese dolor profundo
el sabor exquisito de sentirme humillado,
donde mi raciocinio que poco que me queda
 se niega en pequeñas batallas
sabiendo que en un suspiro caerá de rodillas,
Mientras mi Alma ruega a gritos por mas dolor,
de ese que duele en el corazón y hiere el Alma sin retorno.
Ese dolor genuino,
aquel que las entrañas se retuercen,
aquel donde las lágrimas no encuentran lugar,
aquel al que uno se detiene a ofrecerse mansamente..

QUIERO DOLOR
PIDO DOLOR
NECESITO QUE ME DES MAS DOLOR

miércoles, 20 de febrero de 2013

Así será nuestra noche de bodas



1º.- Primero. Como has sido un chico bueno y durante nuestro noviazgo has respetado mi deseo de no follar contigo, de ir virgen al matrimonio,  me desvestirás con devoción, adorando todas las partes de mi cuerpo y besando la ropa que me quites. Podrás por fin lamer y besar mis pies.



 2º.- Luego te desnudarás tú y te pondrás el cinturón de castidad, mientras sigues desvistiéndome con fervor, porque por fin vas a poder tocar alguna parte de mi cuerpo, ya que durante nuestro noviazgo has sido un chico bueno y casto.


3º.- Luego llamarás a mi ex-novio y lo invitarás a pasar para que yo me caliente con él, le saque la leche, la deposite en una copa y brinde con su semen de macho por nuestro amor, por nuestra nueva vida de feliz matrimonio.


 4º.- Y finalmente llamarás a mi macho actual, a un amante del que tú no sabías que existe y con el que te he estado poniendo los cuernos desde el día en que te conocí,  para que entre los dos me follen toda la noche, mientras tú miras de rodillas en un rincón como te hago cornudo desde el primer día de nuestro feliz matrimonio. Serás cornudo desde el primer día y eso recordarás el resto de tu vida cuando veas las fotos de nuestra boda. Y sobre todo cuando veas y compruebes que tú jamás podrás follarme porque mi coño, mi culo y mis tetas son para otros machos. Para todos menos para ti.


Eso me has explicado mediante estas fotos que me has ido enseñando, cuando te he pedido de rodillas que te cases conmigo.
- ¿Sigues queriendo casarte conmigo? -me has preguntado
- Sí, por favor. te lo suplico -te he contestado.





















sábado, 9 de febrero de 2013

Tu Tienda En Casa




         PROXIMAMENTE

Gracias por tu regalo de bodas



Gracias, cornudo mío, por este regalo de boda que me has hecho. En nuestra luna de miel te has portado como un buen marido; un maridito que ama a su mujer con locura y se vuelve loco por hacerla feliz, por darle lo que ella quiere y necesita. La polla de un verdadero macho porque tú no eres más que un hombrecito con pilila de niño que no puede hacer feliz a una hembra como yo. 

Y además te gusta sufrir por mí, así que  miel sobre hojuelas, cornudo,  porque a mi me encanta hacerte sufrir. Sobre todo al ver que cuando te azoto el culo después de hacerte cornudo, tienes la polla más dura aún. Cuando más te azoto y te humillo llamándote cornudo y cabrón, más gozas y te excitas, más dura se te pone. 

Aunque ni en ese caso puedes follarme porque cuando a ti se te pone muy dura, no alcanza el mínimo que yo requiero en un hombre, es decir, una polla reglamentaria, de macho de verdad, no de putita sumisa y cornuda como tú.Vas a pasar la mejor noche de bodas del mundo. La noche de bodas cornuda.

martes, 5 de febrero de 2013

Déjame jugosa para que él me disfrute



Ven, acércate y lame. Sin miedo. Mete por fin tu lengua, mi querido cornudo, y lámeme el coño para excitarme, para dejarme mojada y jugosa,  y que mi macho me encuentre a punto, en su jugo. En mis jugos. Ven y déjame jugosa para él. Sé que te excita;  sé que te pone mucho excitarme para él, para que me goce otro, para que me folle otro macho. Para que otra polla penetre el coño de tu mujercita y se la folle bien follada. Te excita, cornudo. Los dos lo sabemos desde novios, cuando pegaste el gatillazo y te la puse dura contándome lo que había hecho con mis anteriores parejas. Porque al oírme se te puso dura, muy dura. Y los dos supimos qué te pasaba. Y qué me pasaba.

Pero no dejes de lamer, cornudo, sigue lamiendo mi coño. Porque como te iba diciendo, hasta entonces  yo jamás había gozado contigo. No es que la tengas pequeña, que la tienes en comparación con mi macho,  es que eres muy romántico y sensible y haces el amor, pero no sabes follar. No sabes tratar a una hembra como yo. No sabes como se folla a una mujer ardiente y pasional. Como se trata a una zorrita como yo que necesita que le den duro, que le den caña, que la follen bien follada y sin remilgos ni miramientos.

Pero no pares, cornudo y sigue lamiendo que quiero que me dejes jugosa para él, para mi macho. Porque te decía, y digo, que para dormir quiero ternuras, pero para gozar quiero follar. Y tú, mi querido cornudo, no sabes follar. Sólo sabes hacer el amor, pero de follar no tienes ni idea. Por eso Abel me folla tan bien, porque es un hombre de verdad, un verdadero macho. Porque él no se pone mis bragas como tú, ni hace la comida, ni realiza todas las labores domésticas como tú haces. Él es un macho de la vieja escuela, a lo bestia, que coge a una mujer como yo, la folla, la disfruta y la deja. Sabes como tratarme, como darme placer, como usarme.


Así que sigue lamiendo mi coño, sigue excitándome, cornudo, y déjame preparada y jugosa para él, para que él me disfrute, para que él me folle, para que él me use a su gusto y capricho porque sabe que soy suya, que cuando veo su polla me rindo, me abro de piernas y le ofrezco mi coño como una perra para que lo monte y disfrute. Es mi semental, cornudo, mi hombre, mi macho, mi verdadero placer. Pero no pares, cornudo, no pares de lamerme el coño que saco la fusta del armario ye dejo el culo rojo, como tanto te gusta.

Aunque mejor no, que sé que gozas mucho cuando te azoto el culo y te me distraes de lo principal, de  excitarme para que mi macho me use y me folle, para que él me disfrute, cornudo, porque tú no sabes tratar a una mujer. Eres muy tierno y cariñoso, y yo necesito un macho que me dé caña, que me trate con dureza, que me tome por muna mujer de verdad y me folle sin miramientos, sin miedo. Follada y bien follada que es lo que  yo deseo.


 Y tú también, cornudo. Tú también lo deseas. Te excita verme follada por otro, que goce con otra polla. No sabes gozar de otra manera que no sea con esa humillación, con saberte macho inferior. Eso te pone, te excita y te la pone dura. Te gusta que te humille y que  te haga cornudo, y cabrón,  y que te lo diga constantemente. Y te lo digo. Te lo digo todos los días pues ya no te llamo por tu nombre de pila, sino por “cornudo esto”, “cornudo lo otro”. Incluso te llamo al trabajo y te digo lo cornudo que eres. Y te escribo correos con muchos cornudos y cabrones. Porque sé que lo necesitas. Sé que necesitas que te humille como hombre para poder vivir. Lo  necesitas como el aire que respiras.

 Pero para. Deja ya de lamerme el coño, cornudo. Para porque han llamado a la puerta. Ve a abrir, pero antes ponte mis braguitas para que mi macho vea que aquí  él es el único hombre, el único macho que existe. Para que sepa que es el rey de la casa. Y de mi coño.

lunes, 4 de febrero de 2013

Shara Dom y su cornudo favoriito (II)

 

 


Luego volvimos cada uno a nuestro trabajo y así seguimos por algunos meses, carteándonos por e-mail, hasta que un día me comentó que su jefe le había propuesto un trato. "Yo te amo, cornudo mío, pero ese hombre me vuelve loca de excitación, no es impotente como tú y además me ha propuesto una idea que nos va a permitir estar juntos en el futuro".

Según me comentó él le había propuesto un traslado a la ciudad en la que yo vivía con la condición de que fuese su amante aquí durante un año. En ese tiempo yo sería su marido cornudo, no podía tocarla, ni vivir con ella, porque ella sólo viviría para su amante. Me llamó por teléfono y me lo comentó. Y yo le respondí que lo entendía y le dije que sí, que consentía en aquel acuerdo.
- ¿Qué dices cornudo mío?.
- Que consiento.
- ¿Qué consientes?.
- Que te acuestes con tu macho y que me pongas los cuernos.
- ¿Quieres ser cornudo?
- Sí, quiero.
- ¿Qué quieres?.
- Quiero que me pongas los cuernos
- Por qué
- Porque así te amaré más.
- Pero ya sabes, cornudo mío, que pese a que me acueste con él tu no puedes tener placer, ni tocarte, ni tan siquiera mirar a otra mujer por la calle. Y que JAMÁS follarás conmigo y tu ridículo pene jamás rozara mi coño. Y pese a ello, ¿aceptas ser mi cornudo sumiso?
- Sí, lo acepto.

- ¿Qué aceptas?
- Ser tu cornudo impotente.
-¿Te gusta que mientras tu mujer te pone los cuernos con otro, tiene placer con otro, tú no puedas ni acariciarte sin mi permiso?
- Sí, me gusta y me excita mucho.
- Por qué.
- Porque soy tu cornudo impotente.
- Y porque te gusta sufrir por mí.
- Sí, Shara, me excita que me hagas sufrir.
- Y porque cuanto más cornudo te haga me querrás más, verdad.
- Sí, Shara, cuanto más cornudo me hagas, más goces tú y más me impidas a mi gozar, más te amaré.
- Entonces tendré que hacerte muy cornudo amor mío, porque quiero que me ames con toda tu alma.

Así fue como ella se trasladó a mi ciudad  a trabajar y a vivir en el piso de su amante, que al final del tiempo pactado sería de ella.. Yo sólo podía visitarla algunos domingos que él no estaba, para dejar que ella me pusiera sus braguitas usadas y poder así sentirla junto a mi polla en todos los momentos del día al estar en contacto con la tela que había tocado su adorable sexo. Sólo me permitía ese contacto con su sexo. A través de la tela.

Y también me permitía lamerla y lamerla, labor a la que me entregaba con frenesí y devoción, aunque supiera que el excitarla más con mis lamidas, serviría para que ella más gozara luego con su amante. Pero me sentía feliz porque cuando estaba junto a ella, y me quitaba el cinturón de castidad para acariciarme con sus pies mi pito, veía en el brillo de sus ojos que era feliz y que estaba satisfecha. Luego me colocaba a cuatro patas sobre la mesa, me azotaba el culo, se ponía un guante negro de esos largos y me acariciaba y apretaba las pelotas, para ver como estaba su semen, su leche hidratante como ella lo llamaba, porque la utilizaba para mantener tersa la piel de sus pies. 


Me las estiraba, las estrujaba, las apretaba, las comprimía y cuando comprobaba el estado de su carga, decidía o no ordeñarme según la simiente que hubiera encontrado en ella. Casi siempre se mostraba huraña e insatisfecha porque decía que generaba poco producto, y como sabía que cuando más excitado estaba más leche producía, decidió excitarme más para que su despensa estuviera más llena. Y aquí es donde entraba la personalidad de mi esposa Shara porque ella me conocía profundamente y sabía que es lo que más me excitaba.

- Voy a tener que ponerte más los cuernos en tu presencia, cornudo mío, -me solía decir-, porque sé que lo que más te excita es verme en brazos de otro, follada por otro y que te humille al hacerte cornudo. Así tendré suficiente semen para que mis pies estén más bonitos.

Y entonces me hacía asistir a sus cogidas con su amante para tenerme más excitado y que produjera más de su producto. Y yo la veía allí con él, y me humillaba ante ella diciéndole lo que a ella le gustaba tanto: Sí mi querida Shara, -le decía animándola-, goza cuanto quieras porque yo te  amo tanto, con tal entrega y sumisión, que soy feliz sufriendo humillado para que tú  goces, porque me excita verte gozar con él, llena de su gorda polla, corriéndote como una loca con  un macho que te merece, que es hombre, que no es impotente masoquista como yo.
- Que bien follas con él mi ama, que placer veo que sientes, que delicia saberme cada día más cornudo para que tú  goces. Que bella estás disfrutando con otras pollas y que cara de felicidad se te ve, mi ama, que hermosa estás  cuando follas con un verdadero macho. Porque hacerme cornudo impotente te hace más bella. Mucho más.


Pero ella era muy mujer/mujer y necesita estar muy satisfecha por lo que a veces no le basta con su amante y me hacía buscarle un gigoló para satisfacerla, que por supuesto pagaba yo. Y si el que le  había  buscado no le rendía lo suficiente, no la satisfacía plenamente, cuando él se marcha me doblaba sobre sus rodillas y me azotaba el culo inclemente, mientras me decía  que la próxima vez le buscara un macho mejor. Y yo tan feliz, porque es que la quería  tanto que siempre quiero lo mejor para ella.

Ya ha pasado el año y su amante ya no está con ella porque mi querida Shara se ha cansado de él. Ahora le gustan otros más variados, los que conoce por bares y discotecas que trae a casa para presentármelos y para follar con ellos, mientras que yo la contemplo tan bella, tan guapa, porque cuanto más cornudo me hace más bella está.

Shara Dom y su cornudo favorito (I)



Conocí a mi querida  Shara Dom  en Internet hace ya como dos años porque ella había leído algunos relatos míos en la web  y le habían interesado algunos. Me escribió y le confesé mis más íntimos secretos, mis anhelos de sumisión a una mujer y que ella me hiciera cornudo como una situación natural. Ella me confesó que tenía experiencia, que a todos sus ex los había hecho cornudos y que tenía experiencia en la sumisión de los tíos. Me fascinó desde el primer momento.

Ella es de otro lugar y nuestra  relación ha sido hasta ahora por Internet y por medio de e-mail. He de confesar que mi querida Shara tiene los ojos negros, muy negros y una mirada de esas que te dejan helado y que te llevan a postrarte ante ella y a decir algo así como "soy suyo Shara, puedes hacer conmigo lo que quieras". Tiene el pelo negro  y una sabrosos labios que le dan un atractivo muy especial pues luce un lunar en la comisura.

Y sobre todo, es de una plecara inteligencia y lucidez que la hacen una mujer maravillosa para adorar, reverenciar y postrarse ante ella para dejarse llevar por su carácter como si fueses a la deriva, pero a la vez seguro de ella, de su integridad, de su saber estar y de su elegancia. Es una mujer segura de sí misma que sabe siempre lo que quiere y que tiene una personalidad que te asombra y apabulla. El problema de nuestra relación era que los dos teníamos trabajo en nuestras respectivas ciudades y que no nos podíamos mover. Pero eso no es óbice para dos personas que se aman.


Al principio de la relación yo le fui confesando por correo electrónico mis más íntimos secretos y ella, aunque andaba un poco reacia pues sabía que nuestra relación era difícil debido a la distancia que nos separaba,pero fuimos avanzando, gracias a su magisterio.

Le confesé que era impotente y me dijo que eso era incluso mejor porque ella jamás folla con sus sumisos pues los penes de éstos no son dignos de entrar en su sagrado coño. Ella llamaba a mi pene "pito" porque polla sólo tenían para los machos de verdad que la follaban y follarían. Yo sólo una una puta sumisa impotente.
- Jamás follarás conmigo -me aclaró. Hazte a la idea. JAMÁS, NUNCA. Te morirás sin haber follado jamás conmigo. Y a partir de ahora llevarás siempre bragas.

Y acepté. Me compré un cinturón de castidad, me lo puse y le envíe a ella la llave por correo normal para que al tenerla supiera que a miles de kilómetros, un hombre, su cornudo sumiso e impotente, estaba en castidad permanente por ella, porque él no quería tener ningún placer que no pudiera compartir con ella, que ella le hubiera provocado. Ella, por supuesto tenía libertad para gozar allí con otros porque en nuestro trato estaba claro que ella tenía todo el poder sobre mí, toda la libertad y yo no tenía ninguna pues se la había entregado a ella para que ella gozara con mi sumisión. Y con mis cuernos. Y al humillarme llamándome cornudo impotente.

Quedó claro entre nosotros que yo era masoquista y que mi placer consistía en sufrir al verla a ella gozar.  Pronto me puso los cuernos y  dejó de llamarme Antonio y comenzó a llamarme Cornudo Impotente. Ya había  gozado con la polla de otro macho y cuando me lo contó mi pito se puso durito. No muy duro, pero durito y excitado.  Le di las gracias por hacerme cornudo, porque ya era de verdad su cornudo impotente. De por vida.

Fue entonces cuando le propuse que nos casáramos. Un día ella viajó a mi ciudad, nos casamos en el Juzgado, aunque la noche de bodas la celebró ella con un chico muy guapo, con un gigoló que yo le busqué y pagué, y que ella celebró como debía, gozando como una loca, follando toda la noche con él. Y yo feliz y excitado al saber que ella gozaba de verdad y me hacía más cornudo sumiso desde el primer día de nuestra boda, en la mismísima noche de bodas como anticipo y señal de lo que me esperaría a partir de ese entrañable momento.  Ya era cornudo total. Y además impotente absoluto pues en toda la noche mi pito se puso sólo durito. Y ella. mientras follaba con su amante, me miraba y sonreía al verme con el cinturón de castidad puesto.

viernes, 25 de enero de 2013

SEXO CON EL HIJO DE MI MARIDO


Follo con quien me apetece follar. Me llamo Soraya. Me inspira Gina Lynn.

Con mi actual marido me casé por su dinero. Llevamos siete años casados. Le he sido infiel desde el primer día. He sido adúltera con más de 50 hombres. Yo sólo soy fiel a mi apetito sexual. Si conozco a un hombre que me excita tengo que follar con él. Desde hace seis meses el hombre que más me excita vive en mi casa y tiene 18 años. Es el hijo de mi marido y me da todo el sexo que necesito, que es mucho porque tengo 35 años y el sexo muy caliente.

Todo empezó el día del 18 cumpleaños de David. Estábamos solos en casa. Nos pusimos a ver la televisión. Zapeando dimos con un canal de películas porno. Al poco los dos nos estábamos masturbando. A mí me excita ver a un hombre hacerse una paja y David se estaba haciendo una paja a conciencia con total naturalidad.

- “David, me excita ver cómo te haces una paja”.

Mientras David se estaba haciendo una paja yo frotaba mi clítoris a buen ritmo.

- “Soraya, me he hecho muchas pajas inspirándome en ti”.
- “David, eso quiere decir que me deseas”.
- “Soraya, hace dos años que dejé de verte como mi madrastra para verte como una mujer con la quiero tener sexo”.

Las palabras de David terminaron de excitarme. Me levanté, me puse delante de David y me desnudé.

- “Soraya, eres muy bonita”.

Me froté el clítoris delante de los ojos de David.

- “David, estoy muy caliente, a punto del orgasmo”.

David entendió el mensaje. Se acercó, me sujetó las piernas por detrás y empezó a saborear mi sexo. David acarició mi sexo con su lengua. A continuación abrió mi sexo con sus dedos e introdujo su lengua en mi sexo. Por último, David acarició, saboreó, frotó y presionó mi clítoris tantas veces y tan intensamente que tuve un orgasmo.

- “Uuuaaauuu, David, qué bien, qué bien!”

Me arrodillé. Mientras David se desnudó de cintura para arriba yo le desnudé de cintura para abajo. Agarré la polla de David y comencé a hacerle una paja. En menos de un minuto la polla de David estaba absolutamente erecta. David se reclinó en el sofá y yo me coloqué sobre él, me abrí de piernas, le agarré la polla y me la metí en el sexo.

- “¡Por fin, follamos!”, dijimos David y yo casi a la vez.

Me incliné sobre David y le besé en la boca. Nos estuvimos besando con mucha lengua. Ofrecí mis pechos a David, que me los acarició y besó. También acarició, besó y pellizcó mis pezones. Y mientras tanto, yo frotaba mi sexo al mismo tiempo que sentía la polla de David muy adentro de mi sexo. Cuando sentí mi clítoris a mil saqué de mi sexo la polla de David y con ella presioné mi clítoris. Tuve otro orgasmo.

David tenía muchas ganas de follarme. Probamos unas cuantas posturas durante más de una hora. La última postura que adoptamos fue yo tumbada en la mesa de comedor y David de pie embistiéndome. Yo doblé las piernas y David se apoyó en mis rodillas. La polla de David se deslizaba profunda dentro de mi sexo. Yo volví a frotarme el clítoris porque quería otro orgasmo. Cuando estaba a punto del orgasmo David sacó su polla de mi sexo, para, de nuevo, introducirla muy despacio y hasta muy adentro en mi sexo. Entonces, David presionó mi clítoris y tuve otro orgasmo.

David me llevó al sofá. Me senté. David estaba enfrente con su polla erecta.

- “¡Soraya!”
- “¡Sí, David, sí!”

Agarré la polla de David, la acaricié, la besé, la chupé y me la metí en la boca. A David le hice una paja a conciencia. Se la merecía después de follarme tanto y tan bien. Después de minutos y minutos pajeando y chupando la polla de David conseguí que eyaculase a chorros. El semen de David llenó mi boca y cubrió mi cara. Recogí todo su semen y me lo llevé a la boca.

- “¡Soraya, ha sido fantástico!”
- “¡Sí, David, ha sido fantástico!”

Seis meses después de nuestra primera sesión de sexo todo sigue siendo fantástico porque David y yo seguimos siendo muy felices practicando todo el sexo que nos apetece.

ME SABE FOLLAR



Soy feliz porque tengo al hombre que me sabe follar. Me llamo Casandra. Me inspira
Kinzie Kenner.

Al terminar la carrera me fui un año a Miami. Intenté ser fiel a mi novio de toda la vida, pero no pude, no me podía pasar sin sexo. Intenté tener una pareja estable, pero fue imposible porque el hombre que elegí me follaba peor que mi novio. Cambié de pareja, y me pasó lo mismo. Cuando me quise dar cuenta estaba dentro de una espiral de sexo indiscriminado. Me marqué el objetivo de follar con la mayor cantidad de hombres que pudiese; en medio año follé con más de cien; lo conseguí porque a veces decía al hombre con el que quedaba que llamase a amigos suyos, una noche me follaron siete hombres, fue genial, me sentí muy bien.

A mi regreso a Madrid volví con mi novio, pero fue muy aburrido porque no me gustaba su manera de follarme. Me marqué el objetivo de encontrar al hombre que me supiese follar, lo que me llevó a follar con unos pocos, más de cien en cuatro años. Encontré a ese hombre en la fiesta de cumpleaños que mi amiga Rocío celebró en una casa de campo.

–Ven, te voy a presentar a un compañero de trabajo –me dijo Rocío–. No sé si te gustará, es muy tímido.
–Yo le espabilo rápido.
–No seas puta.
–Me pides un imposible.

Cuando nos presentaron noté que saltó la chispa entre nosotros. De inmediato me sentí atraída por David, quería tener sexo con él. Y él conmigo, lo noté en su mirada.

–David, me han dicho que eres muy tímido.
–Eso lo dice Rocío porque no quiero tener sexo con ella.
–¿Por qué?
–Es compañera de trabajo.
–Yo no soy compañera de trabajo.
–¿Me estás pidiendo sexo? Nos conocemos desde hace veinte minutos.
–Los tímidos sois muy buenos en el sexo. Podemos follar y mucho más.

Nos fuimos a uno de los dormitorios.

–Como soy muy tímido querrás llevar la iniciativa, ¿verdad?
–Espero que me sigas el ritmo.
–Empieza, que a lo mejor te llevas una sorpresa y me pides repetir.
–¡Vaya! No eres tan tímido –le dije a David a la vez que le metía la mano derecha en sus pantalones.
–A los tímidos nos gustan las mujeres muy putas. Si me demuestras que eres muy puta te follaré como nunca te han follado.

De tanto frotarle la polla no le cabía en el slip. Le desabroché los pantalones, se los bajé, le bajé el slip y su polla se levantó golpeando mi cara. Me puse de pie, apreté la polla dura de David entre mis muslos, me besó los labios, introdujo su lengua en mi boca.

–¿Qué cosas te apetece hacer con mi polla?
–De todo. Vas a alucinar. ¿Qué cosas te apetece con tu lengua?
–De todo. Vas a alucinar.

Desnudé a David, él me desnudó; nos besamos y acariciamos; empecé a masturbarle y él a excitar mi sexo; nuestras lenguas se tocaron. Gateamos sobre la cama en sentidos opuestos, él se tumbó boca arriba, yo boca abajo sobre él; agarré su polla y empecé a chuparla; abrió mi sexo con sus dedos y empezó a chuparlo; su polla estaba dura como una barra de acero, mi sexo tan caliente como un volcán. Nos sincronizamos a la perfección; cuanto más chupaba yo, más me chupaba él, introducía su lengua en mi sexo y excitaba mi clítoris hasta ponerlo al rojo vivo; en unos minutos me puso al borde del orgasmo; entonces me aferré a su polla con todas mis fuerzas y se la chupé con avaricia y él presionó mi clítoris con tanta intensidad que un orgasmo recorrió todo mi cuerpo.

–No te muevas. Quiero tu polla dentro de mi sexo.

Me arrodillé sobre David en arco de triunfo, agarré su polla dura y la deslicé dentro de mi sexo. Empecé a cabalgar con su polla tocando mis entrañas, quería que la penetración fuese profunda, y lo estaba consiguiendo. A veces me inclinaba hacia David para que acariciase y besase mis pechos y mis pezones; otras me echaba hacia atrás y yo frotaba mi clítoris tan deprisa y con tanta intensidad como era capaz. Un segundo orgasmo agitó mi cuerpo y me desvanecí sobre David, que me abrazó.

Follamos por segunda vez. David sobre mí deslizando su polla dura dentro de mi sexo y besándome en el cuello, en las mejillas y en los labios, y diciéndome cosas bonitas: “te deseo”, “¡qué bonita eres!”, “me gustas”, “me gusta follar contigo”… Abracé a David y le atenacé con mis piernas.

–Fóllame como quieras.

David deslizó su polla hasta el fondo de mi ser, a la vez que me daba un beso cálido. Se puso de rodillas entre mis piernas abiertas, cogió su polla, y con su polla jugó con mi sexo. Me dio golpecitos con su polla en mi sexo, en mi clítoris, la deslizaba apenas un poco dentro de mi sexo, la sacaba y la volvía a meter, presionaba mi clítoris con su polla; sentir esa presión me llevó  al tercer orgasmo.

–Quiero tu polla, la polla que me ha vuelto loca de placer.

David se acercó a mí, de rodillas en arco de triunfo. Agarré su polla, empecé a masturbarle y chuparle la polla. Sentir su polla dentro de mi boca como antes dentro de mi sexo me hizo feliz. Le masturbé y chupé la polla más y más deprisa hasta que sus gemidos me demostraron que estaba a punto de correrse, y se corrió. Su semen cubrió mi cara y llenó mi boca.

Quedamos más días, todos tuvimos sexo. Ahora David es mi pareja porque me sabe follar.
 

lunes, 21 de enero de 2013

FÓLLAME SIEMPRE


Siempre he querido follar mucho, pero con un solo hombre. Me llamo Sabrina. Me inspira Rita Faltoyano.

Siempre he follado mucho. Pero para follar mucho he tenido que follar con muchos hombres. He follado con tantos hombres como he necesitado para satisfacer mi apetito sexual. En los últimos cinco años he follado con más de 250 hombres. ¿Qué diría mi primer novio? Que soy una ninfómana. Dejé a mi primer novio porque no me follaba ni mucho ni bien. Desde hace dos meses David me folla mucho y muy bien. Sólo a David le he podido decir: “¡Fóllame siempre!”

Conocí a David en la comida de bienvenida para los nuevos empleados del nuevo hotel que la cadena hotelera en la que trabajo abrió en Madrid. Nos sentamos en la misma mesa. Yo hice de anfitriona en tanto que directora de personal. David y yo rápidamente conectamos. En las copas David y yo nos fuimos separando de los demás invitados. Fui directa.

- David, me has estado mirando durante toda la comida. Tu manera de mirarme a la boca y a los pechos deja muy claro que quieres. ¿Me quieres follar, verdad?
- Sí, Sabrina, quiero follarte. Pero eres mi jefa de personal.
- ¿Y no te excita follarte a tu jefa de personal?
- No quiero perder mi puesto de trabajo.
- Si no me follas perderás tu puesto de trabajo.

Subimos a la última planta del hotel, a la suite nupcial gran lujo. En el ascensor me acerque a David, le besé en la boca y empecé a frotar su polla y sus pelotas. David puso sus manos en mi culo, me acercó más a él y me hizo sentir su polla en mi cuerpo. Volví a besar a David en la boca. David acarició mis labios con su lengua. Chupé la lengua de David.

Del ascensor a la puerta de la suite David vino detrás de mí, cogiéndome por la cintura. Yo me contoneaba y David restregaba su polla en mi culo. Mientras abría la puerta de la suite David sujetó mi pecho derecho con su mano izquierda, puso su mano derecha en mi sexo y me apretó contra su polla, que siguió restregando en mi culo.

David me puso a más de cien. Me quitó la blusa y la falda, me besó en el cuello, me quitó el wonderbra, con sus manos apretó mis pechos y pellizcó mis pezones, acarició mi vientre, metió su mano derecha dentro de mis bragas, frotó mi sexo y metió su dedo corazón en mi sexo. David me hizo sentir su polla dura en mi culo.

- David, que me metan los dedos en el sexo me pone a más de cien, pero que me metan la lengua me pone a más de mil.

David me echó sobre la cama. Caí boca arriba. David me arrastro al borde de la cama, se arrodilló, me quitó las bragas y me abrió de piernas. Yo me incorporé y me apoyé sobre mis brazos.

- Sabrina, te voy a comer el sexo.
- David, pórtate bien, quiero un orgasmo.
- Sabrina, tendrás un orgasmo de primera y me pedirás que te folle.

David besó mi sexo, cubrió mi sexo de besos; pasó su lengua por mi sexo de abajo a arriba, despacio, que es como me gusta; abrió mi sexo con los dedos de sus manos y metió su lengua en mi sexo. Sentir la lengua de David moverse dentro de mi sexo me estaba haciendo perder el sentido.

- Sabrina, chupar tu sexo me ha gustado. ¿Te ha gustado a ti?

Estaba tan excitada que mi respuesta fue inmediata, espontánea y sincera.

- Sí, David, sí. Chupa mi sexo siempre.

David volvió a chupar mi sexo y mientras chupaba mi sexo empezó a frotar mi clítoris. Yo gemía. Cuando mi clítoris estaba al rojo David pasó su lengua por mi clítoris. Yo estaba muy cerca del orgasmo, de perder el control. David se dio cuenta y para terminar de excitarme y provocarme el orgasmo combinó sus dedos y su lengua en la estimulación de mi clítoris. El último toque con su dedo corazón de su mano derecha me llevó al orgasmo y caí sobre la cama. Mientras estaba teniendo el orgasmo David chupó mi clítoris e introdujo su lengua en mi sexo.

Cuando me recuperé del orgasmo me senté en el borde de la cama y vi a David recostado en un sofá sobre unos cojines. David se estaba masturbando. La polla de David estaba erecta.

- David, quiero tu polla dentro de mi sexo.

Me acerqué a David. Miré hacia abajo. David tenía la polla apuntando hacia arriba, en la vertical de mi sexo. Agarré la polla de David, descendí y la deslicé dentro de mi sexo. Me incliné sobre David, sentí sus manos en mi culo, le besé en la boca con mucha lengua y le ofrecí mis pechos. David besó y chupó mis pechos y mis pezones. Yo cabalgaba con la polla de David dentro de mi sexo. Mis pechos se movían al ritmo de mis cabalgadas. David presionó mi culo hacia él. Sentí la polla de David muy adentro de mi sexo. Besé a David en la boca. Metí mi mano derecha entre el cuerpo de David y el mío y presioné mi clítoris hasta el orgasmo. David siguió magreando mi culo y comiéndome a besos.

Me puse de pie, delante de David.

- David, fóllame otra vez.

David me cogió por la cintura y me tumbó sobre él boca arriba. Entre mis piernas asomaba la polla erecta de David. David me sobaba los pechos con su mano izquierda y con su mano derecha frotaba mi sexo y mi clítoris.

- Sabrina, cógeme la polla y métela en el sexo.

Obedecí encantada porque quería volver a sentir el placer de tener la polla de David dentro de mi sexo. La situación era perfecta: la polla de David dentro de mi sexo, David apretándome los pechos con sus manos, con sus dedos estimulando mis pezones y yo frotando mi clítoris con una mano y con la otra empujando la polla de David lo más adentro de mi sexo. Después de unos minutos mis pezones estaban erectos y mi clítoris echaba humo. Yo estaba cerca del orgasmo. Conseguí mi tercer orgasmo cuando cogí la mano derecha de David, la llevé a mi clítoris y presioné intensamente. Tuve mi tercer orgasmo de la tarde.

- David, me has conquistado. Fóllame siempre. Fóllame cuando quieras, fóllame como quieras.
- Te voy a follar ahora mismo. Yo echo los polvos de tres en tres.

David me abrió de piernas. Apoyé mis brazos en la cama. David cogió su polla dura y me la deslizó dentro de mi sexo. David empezó a embestirme con verdadera furia. En cada una de las embestidas me hacía sentir su polla en mis entrañas y sus pelotas en mi entrepierna.

- Sabrina, siempre que quieras te follaré. Me gusta follarte.
- ¡Sigue, David, sigue!

Y David siguió embistiéndome, siguió haciéndome feliz. Pero se detuvo con la polla muy adentro de mi sexo y con su mano derecha presionó mi clítoris. Tuve mi cuarto orgasmo. David volvió a embestirme una, dos, tres veces.

Me senté en cama. Vi enfrente la polla de David, erecta, apuntándome a la boca. Tuve una reacción instintiva: agarré la polla de David y empecé a hacerle una paja, a chuparle la polla y a metérmela en la boca. Quería que David se corriese. Aceleré el ritmo de la paja y de las chupadas. No paraba, no paraba de hacerle la paja y de chupar y chupar su polla fabulosa. Me hacía feliz tener la polla de David dentro de mi boca. Pero lo que me hizo feliz hasta casi la locura fue que David derramase su semen por mi cara, mi cuello y mis pechos. Metí la polla de David en mi boca. David lleno mi boca con su semen delicioso y fui feliz, muy feliz.

Desde nuestra primera sesión de sexo David ha ascendido en la empresa como la espuma. Es mi empleado de confianza. Pero lo mejor de David es que me folla siempre echándome los polvos de tres en tres.
  

CHICA MALA



Tuve que ser una chica mala para ser feliz. Me llamo Noelia. Me inspira Kelly Norton.

Desde que cumplí 16 años soy una mujer activa en el sexo sin ningún prejuicio ni límite. Empecé a practicar sexo con mis compañeros del instituto y en discotecas de alterne en las que me colaba con mis amigos mayores de edad. Follaba, follaba mucho, porque me gusta follar. Antes de cumplir los 18 años follé con más de 100 chicos y también tuve mis líos lésbicos, habré estado con más de 20 chicas.

Sin embargo, el día que cumplí 18 años mi vida sexual cambió. Ese día, hace cuatro meses, David y yo estábamos solos en casa. Salí de mi habitación atraída por el sonido del televisor. David estaba en el sofá viendo una película porno y masturbándose.
Me acerqué a David sin que me oyese.

-David, no te asustes. Llevo unos minutos viendo como te masturbas y me he excitado.
-No sabía que estuvieses en casa.

David soltó su polla erecta. Nunca había visto una polla como la suya, una polla fabulosa, con la que soñamos todas las mujeres.
Me senté junto a David.

-¿Por qué te masturbas? ¿Acaso no tienes bastante con el sexo que te da mi madre?
-Tu madre es muy fría. Parece mentira que tenga 40 años. Su sexo tenía que pedir guerra todos los días y nunca hemos follado más de tres veces a la semana.
-¿No sería mejor que tuvieses una amante joven con la que tener sexo todos los días? –pregunté a David, y le agarré la polla.

David se quedó sorprendido. Imagino que no esperaba que su hijastra, quince años más joven, le estuviese proponiendo ser su amante.
Empecé a masturbar a David.

-¿No dices nada? –pregunté a David.

David me miró con ojos de deseo. Me desnudó con la mirada.
Me puse de rodillas delante de David, besé su polla, lamí su polla, me metí su polla en la boca. Cuanto más chupaba la polla de David, más se excitaba él y más me excitaba yo. Me sobraba la ropa: me quité la blusa; mis pechos al aire. Volví a chupar la polla de David con más ganas. Era feliz con la polla de David en la boca.

-Noelia, para –dijo David.
-¿Por qué? ¿No te gusta como te chupo la polla?
-Sí, me gusta mucho.
-Entonces, ¿qué te pasa?
-Quiero meter la lengua en tu sexo, y luego la polla. Quiero comerte el sexo y luego follarte. Lo deseo desde hace años. Me masturbo pensando en ti. Quiero follarte, quiero follarte.

Me puse de pie, me quité la falda; David me quitó las braguitas transparentes.
David besó mi sexo, lo abrió con los dedos y pasó la lengua por todo mi sexo. Cuando sentí su lengua en el clítoris gemí. David jugó con mi sexo con sus dedos, sus labios y su lengua. Mi excitación aumentó, tanto que un orgasmo agitó mi cuerpo. No caí al suelo porque me apoyé sobre los hombros de David.

-Fóllame, fóllame, por favor, fóllame –le pedí a gritos.

David obedeció. Me sentó sobre la mesa del salón, me abrió de piernas, agarró su polla erecta y la deslizó dentro de mí sexo. Sentí toda su polla dentro de mí, sus embestidas, sus caricias en mis pechos, su lengua en mis pezones. David me follaba como ningún hombre me había follado.

-Seguro que quieres otro orgasmo –dijo David.
-Sí, sí, sí.

David empezó a presionar mi clítoris con su polla, tanto que sentí otro orgasmo.

-Noelia, ¿quieres más?
-Sí, quiero más.
-¿Qué quieres?
-Quiero tu polla en mi boca.

Me puse de rodillas delante de David. Le chupé la polla y le hice una paja a todo ritmo.

-Noelia, sigue, sigue, por favor.

Obedecí. David se corrió a chorros sobre mi cara y mis pechos. Me metí la polla de David en la boca y sentí en el paladar un último chorro de su jugo delicioso.

A los tres meses de nuestra primera experiencia sexual mi madre nos sorprendió follando. Nos echó de casa; a mi me llamó puta y zorra.

David y yo seguimos juntos. David me llama chica mala, gatita, putita, lo que me excita. David y yo seguimos follando y no nos cansamos de follar.

miércoles, 16 de enero de 2013

NEGOCIOS Y SEXO


Con el sexo se consiguen muchas cosas. Me llamo Noemí. Me inspira Nyomi Banxxx.

Llegué a secretaria de dirección con 24 años. Trabajé duro, pero con mi nuevo jefe me vi obligada a hacer “otras cosas” para mantener mi puesto de trabajo. Fui su objeto sexual; me follaba a su antojo y me utilizaba para conseguir contratos. En una ocasión me folló delante de otros ejecutivos de una empresa a la que quería absorber. Después de él me follaron todos, y todas las pollas pasaron por mi boca. Habrá quien piense que fue una violación en serie, pero disfruté con el gangbang, sobre todo cuando los ocho se corrieron sobre mí, dos en mi cara, dos en mis pechos, dos en mi vientre y dos entre mis piernas. Estaba cubierta de semen, que extendí por mi cuerpo y me llevé a la boca. Uno de los ejecutivos dijo a mi jefe: “Tu secretaria es una zorra de primera”. Mi jefe consiguió lo que quería, y yo fui ascendida a directora de marketing.

La primera tarea desde mi nuevo puesto fue contratar a una nueva agencia de publicidad para dar a conocer nuestros productos. Fue entonces cuando conocí a David.

-Me gustan tus ideas, pero tienes que hacer una cosa si quieres cerrar el contrato –dije.
-¿Cuál? –preguntó David.
-Follarme.

David quedó impresionado.

-Señorita Noemí, creo que no va a ser posible.

Yo me había desabrochado la blusa y David miraba mis pechos.

-¿Por qué? ¿Qué te impide follarme? –pregunté a David mientras me acercaba a él.
-Estoy casado con una mujer preciosa, blanca, alta, rubia y de ojos azules.
-No me importa, y a ti no debería de importarte –dije, me subí la falda y me senté sobre David cara a cara.
-Mi esposa no me perdonaría que tuviese sexo con una negra.
-Tu esposa es racista. Las mujeres racistas son puritanas. Debe ser muy aburrido tener sexo con ella.
-Hacemos el amor todos los fines de semana.
-Hacer el amor es aburrido. Yo te propongo sexo, sólo sexo, pero mucho sexo.

David no se resistió mientras le desabroché la camisa.

-¿Sabes una cosa? Yo también soy racista. No me gustan los negros; en el sexo me gusta que un hombre blanco me someta, me folle duro.

David siguió sin resistirse mientras le bajé la cremallera del pantalón y empecé a frotar su polla.

-David siento que tu polla crece.
-A escondidas de mi mujer veo sexo interracial. No soy racista. Siempre he querido tener sexo con una negra. Dicen que follando sois muy buenas.
-Yo soy la mejor, te lo garantizo.
David perdió el control. Me agarró del cabello y besó mi boca con pasión. Nuestras lenguas empezaron a jugar. Me desabrochó la blusa y me quitó el wonderbra; agarró mis pechos, empezó a besar mis pezones, luego a chuparlos.

-Quiero tu polla.

David se puso de pie, yo de rodillas delante de él; cogí su polla y empecé a masturbarle, a chupársela, me la metí en la boca. La polla de David era deliciosa.

-Quiero tu sexo –dijo David.

Me puse de pie, apoyada sobre la mesa del despacho, David se arrodilló, me quitó la falda y el tanga.

-Que sexo tan bonito.
-Disfruta de mi sexo –pedí a David.

David besó mi sexo, pasó su lengua por todo mi sexo; acarició mi clítoris, lo besó, lo chupó. David chupaba mi sexo y mi clítoris con voracidad.

-Sí, David, sigue, sigue.

David siguió, con más y más ganas. Tuve un orgasmo.

David se puso de pie; me hizo sentir su polla erecta dándome golpecitos en mis muslos, en mi sexo y en mi clítoris. David sabía utilizar su polla.

-Fóllame fóllame.

David metió su polla dentro de mi sexo. La deslizó unas veces despacio, otras deprisa; la sacaba del sexo y me la hacía sentir en el clítoris; luego la volvía a meter en el sexo, hasta el fondo. Toda la polla de David dentro de mí me hacía gozar, gemir de placer. Tuve otro orgasmo.

David siguió follándome.

-Quiero correrme a chorros.
-Sí, sí, yo también quiero que te corras a chorros.

David siguió follándome más y más deprisa. Su polla y mi sexo echaban humo.

-Ya, ya –dijo David.

David sacó su polla de mi sexo. Un primer chorro de su semen impactó en mi sexo, un segundo en mis pechos y un tercero en mi cara. Me puse de rodillas, agarré la polla de David y con mis caricias conseguí un cuarto chorro de semen dentro de mi boca.

Me puse de pie, frente a David, recogí su semen de mi sexo, mis pechos y mi cara y me lo llevé a la boca.

-¿Qué te ha parecido? –pregunté a David.
-Eres deliciosa; eres la mejor. Follando das mil vueltas a mi esposa. Quiero que seamos amantes.

David y yo firmamos el contrato y nos seguimos viendo para… tener sexo.
 

domingo, 13 de enero de 2013

ME GUSTA FOLLAR DURO



Me gusta follar duro. Me llamo Ingrid. Me inspira Aletta Ocean.

Entre los 18 y los 28 años he tenido tres novios, dos maridos y cuatro amantes. Han sido mis parejas estables, pero a todos fui infiel porque ninguno me dejaba satisfecha después de follar. Les fui infiel con más de cien hombres; ha habido veces que he follado con dos, tres y cuatro hombres a la vez. Pensaréis que soy una zorra, pero soy una luchadora del sexo. Mi objetivo siempre ha sido que un solo hombre me dejase satisfecha después de una sesión de sexo; encontrar a ese hombre me ha llevado diez años; ahora es mi pareja, pero cuando follamos por primera vez era el novio de mi mejor amiga.

Mi amiga Almudena me decía siempre que su novio la follaba mucho y muy bien, por la mañana y por la noche, que los fines de semana vivía una locura de sexo, que la follaba hasta siete y ocho veces.

Decidí que tenía que follar con ese superdotado del sexo. Quizá fuese el hombre que llevaba años buscando. Le llamé a casa un día que Almudena estaría fuera de la ciudad.

Preparé unas copas para entrar en calor. Empecé a insinuarme con gestos obscenos, como pasarme la lengua por los labios o acariciar la copa como si estuviese haciendo una paja a una polla dura.

-David, Almudena me dice que la follas mucho y bien.
-No sabía que hablaseis de esas cosas.
-¿Cómo la follas? A mí siempre me ha gustado que me follen duro.
-¿Te estás insinuando al novio de tu mejor amiga?
-¿Me follarás duro?
-¿No te importa tu amistad con Almudena?
-Me importa follar. Te he llamado para que me folles duro.
-Eres una zorra.

Que David me llamase zorra me puso más cachonda de lo que ya estaba.

-Seguro que quieres follarme. ¿A qué estás esperando? ¿A ver si todo lo que dice Almudena es mentira? ¿A ver si vas a ser mariquita?

David reaccionó a mi satisfacción. Terminó de beber su copa y la mía, me rasgó la blusa y me la quitó, me arrancó el wonderbrá, me cogió los pechos y los empezó a lamer.

-¿Me vas a follar duro?
-Te voy a follar tan duro que sólo querrás follar conmigo.

David metió su mano derecha en mis bragas y empezó a frotar mi sexo. A cada segundo estaba más excitada.

-Ingrid, tu sexo va a echar humo.

David besó mi boca, pasó su lengua por mis labios; busqué su lengua con la mía; con su mano derecha seguía excitando mi sexo.

-Ingrid, espero que seas muy, muy zorra.
-David, seré tan zorra como me pidas.

David me llevó al dormitorio, me sentó en el borde de la cama y me quitó las bragas.

-Ingrid, si quieres que te folle duro me dejarás que te coma el sexo.
-Sí, sí, sí, cómeme el sexo y fóllame duro.

David abrió mis piernas y besó mi clítoris; abrió mi sexo y por él pasó la lengua; David acarició, besó y frotó mi sexo y mi clítoris como ningún hombre lo había echo antes.

-Ingrid, me gusta tu sexo.
-David, sigue, sigue.

David obedeció y llegué al orgasmo.

-Ingrid, ¿estás lista para que te folle duro?
-Sí, sí. Fóllame muy duro.

David agarró su polla dura, erecta como un misil, y la deslizó dentro de mi sexo. Sentir toda la polla de David dentro de mí me hizo muy feliz.

David se tendió sobre mí, agarró mis pechos y besó mi boca; estimuló mis pezones, mientras su lengua entraba en mi boca; yo abrazaba a David, que me follaba.

Entre beso y beso nos decíamos cosas bonitas que nos excitaban más y más:

-Fóllame como follarías a una zorra.
-Me gusta lo puta que eres.
-Méteme la polla hasta muy adentro.

Pero David sacó la polla de mi sexo y con ella presionó mi clítoris. Gemí de placer.

-Gozas como una puta zorra.
-Soy tu puta, soy tu zorra.

David metió su polla en mi sexo, me sujetó por las muñecas y me folló como un poseso.

Gemía como una zorra al borde del orgasmo. David se dio cuenta, sacó su polla de mi sexo y presionó mi clítoris con tanta fuerza que sentí el orgasmo más intenso de mi vida.

-Ahora me tienes que demostrar que eres tan zorra como dice Almudena.
-¿Cómo quieres que te lo demuestre?
-Coge mi polla y juega con ella.

Me puse loca de contenta, porque lo que más me gusta después de echar un buen polvo es saborear una polla dura y conseguir que el hombre se corra a chorros.

-Te voy a chupar la polla como nunca te la han chupado y te vas a correr como nunca te has corrido.

David estaba sentado en el borde de la cama, me arrodillé delante de él, le agarré la polla y empecé a hacerle una paja, a chuparle las pelotas y la polla; me metí la polla en la boca, toda la polla, y fui feliz.

-Chupas muy bien; sigue chupando.

Agarré la polla de David; le hice una paja a toda velocidad, mientras le chupaba la punta de la polla.

-Estoy a punto de correrme.

Di una última chupada a la polla de David, se corrió a chorros. El semen de David cubrió mi cara; me metí la polla en la boca y sentí un último chorro de semen en el paladar; saqué la polla de la boca y la chupé; recogí el semen de mi cara, me lo llevé a la boca, me relamí. Fui feliz.

-Me gusta lo zorra que eres.
-Me gusta lo duro que follas.

David dejó a Almudena y yo a mi novio. Por una vez no soy fiel a mi pareja porque me folla muy duro.