lunes, 4 de septiembre de 2023

NEGOCIOS Y SEXO
Con el sexo se consiguen muchas cosas. Me llamo Noemí. Me inspira Nyomi Banxxx.

Llegué a secretaria de dirección con 24 años. Trabajé duro, pero con mi nuevo jefe me vi obligada a hacer “otras cosas” para mantener mi puesto de trabajo. Fui su objeto sexual; me follaba a su antojo y me utilizaba para conseguir contratos. En una ocasión me folló delante de otros ejecutivos de una empresa a la que quería absorber. Después de él me follaron todos, y todas las pollas pasaron por mi boca. Habrá quien piense que fue una violación en serie, pero disfruté con el gangbang, sobre todo cuando los ocho se corrieron sobre mí, dos en mi cara, dos en mis pechos, dos en mi vientre y dos entre mis piernas. Estaba cubierta de semen, que extendí por mi cuerpo y me llevé a la boca. Uno de los ejecutivos dijo a mi jefe: “Tu secretaria es una zorra de primera”. Mi jefe consiguió lo que quería, y yo fui ascendida a directora de marketing.

La primera tarea desde mi nuevo puesto fue contratar a una nueva agencia de publicidad para dar a conocer nuestros productos. Fue entonces cuando conocí a David.

-Me gustan tus ideas, pero tienes que hacer una cosa si quieres cerrar el contrato –dije.
-¿Cuál? –preguntó David.
-Follarme.

David quedó impresionado.

-Señorita Noemí, creo que no va a ser posible.

Yo me había desabrochado la blusa y David miraba mis pechos.

-¿Por qué? ¿Qué te impide follarme? –pregunté a David mientras me acercaba a él.
-Estoy casado con una mujer preciosa, blanca, alta, rubia y de ojos azules.
-No me importa, y a ti no debería de importarte –dije, me subí la falda y me senté sobre David cara a cara.
-Mi esposa no me perdonaría que tuviese sexo con una negra.
-Tu esposa es racista. Las mujeres racistas son puritanas. Debe ser muy aburrido tener sexo con ella.
-Hacemos el amor todos los fines de semana.
-Hacer el amor es aburrido. Yo te propongo sexo, sólo sexo, pero mucho sexo.

David no se resistió mientras le desabroché la camisa.

-¿Sabes una cosa? Yo también soy racista. No me gustan los negros; en el sexo me gusta que un hombre blanco me someta, me folle duro.

David siguió sin resistirse mientras le bajé la cremallera del pantalón y empecé a frotar su polla.

-David siento que tu polla crece.
-A escondidas de mi mujer veo sexo interracial. No soy racista. Siempre he querido tener sexo con una negra. Dicen que follando sois muy buenas.
-Yo soy la mejor, te lo garantizo.
David perdió el control. Me agarró del cabello y besó mi boca con pasión. Nuestras lenguas empezaron a jugar. Me desabrochó la blusa y me quitó el wonderbra; agarró mis pechos, empezó a besar mis pezones, luego a chuparlos.

-Quiero tu polla.

David se puso de pie, yo de rodillas delante de él; cogí su polla y empecé a masturbarle, a chupársela, me la metí en la boca. La polla de David era deliciosa.

-Quiero tu sexo –dijo David.

Me puse de pie, apoyada sobre la mesa del despacho, David se arrodilló, me quitó la falda y el tanga.

-Que sexo tan bonito.
-Disfruta de mi sexo –pedí a David.

David besó mi sexo, pasó su lengua por todo mi sexo; acarició mi clítoris, lo besó, lo chupó. David chupaba mi sexo y mi clítoris con voracidad.

-Sí, David, sigue, sigue.

David siguió, con más y más ganas. Tuve un orgasmo.

David se puso de pie; me hizo sentir su polla erecta dándome golpecitos en mis muslos, en mi sexo y en mi clítoris. David sabía utilizar su polla.

-Fóllame fóllame.

David metió su polla dentro de mi sexo. La deslizó unas veces despacio, otras deprisa; la sacaba del sexo y me la hacía sentir en el clítoris; luego la volvía a meter en el sexo, hasta el fondo. Toda la polla de David dentro de mí me hacía gozar, gemir de placer. Tuve otro orgasmo.

David siguió follándome.

-Quiero correrme a chorros.
-Sí, sí, yo también quiero que te corras a chorros.

David siguió follándome más y más deprisa. Su polla y mi sexo echaban humo.

-Ya, ya –dijo David.

David sacó su polla de mi sexo. Un primer chorro de su semen impactó en mi sexo, un segundo en mis pechos y un tercero en mi cara. Me puse de rodillas, agarré la polla de David y con mis caricias conseguí un cuarto chorro de semen dentro de mi boca.

Me puse de pie, frente a David, recogí su semen de mi sexo, mis pechos y mi cara y me lo llevé a la boca.

-¿Qué te ha parecido? –pregunté a David.
-Eres deliciosa; eres la mejor. Follando das mil vueltas a mi esposa. Quiero que seamos amantes.

David y yo firmamos el contrato y nos seguimos viendo para… tener sexo.

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