lunes, 21 de enero de 2013

FÓLLAME SIEMPRE


Siempre he querido follar mucho, pero con un solo hombre. Me llamo Sabrina. Me inspira Rita Faltoyano.

Siempre he follado mucho. Pero para follar mucho he tenido que follar con muchos hombres. He follado con tantos hombres como he necesitado para satisfacer mi apetito sexual. En los últimos cinco años he follado con más de 250 hombres. ¿Qué diría mi primer novio? Que soy una ninfómana. Dejé a mi primer novio porque no me follaba ni mucho ni bien. Desde hace dos meses David me folla mucho y muy bien. Sólo a David le he podido decir: “¡Fóllame siempre!”

Conocí a David en la comida de bienvenida para los nuevos empleados del nuevo hotel que la cadena hotelera en la que trabajo abrió en Madrid. Nos sentamos en la misma mesa. Yo hice de anfitriona en tanto que directora de personal. David y yo rápidamente conectamos. En las copas David y yo nos fuimos separando de los demás invitados. Fui directa.

- David, me has estado mirando durante toda la comida. Tu manera de mirarme a la boca y a los pechos deja muy claro que quieres. ¿Me quieres follar, verdad?
- Sí, Sabrina, quiero follarte. Pero eres mi jefa de personal.
- ¿Y no te excita follarte a tu jefa de personal?
- No quiero perder mi puesto de trabajo.
- Si no me follas perderás tu puesto de trabajo.

Subimos a la última planta del hotel, a la suite nupcial gran lujo. En el ascensor me acerque a David, le besé en la boca y empecé a frotar su polla y sus pelotas. David puso sus manos en mi culo, me acercó más a él y me hizo sentir su polla en mi cuerpo. Volví a besar a David en la boca. David acarició mis labios con su lengua. Chupé la lengua de David.

Del ascensor a la puerta de la suite David vino detrás de mí, cogiéndome por la cintura. Yo me contoneaba y David restregaba su polla en mi culo. Mientras abría la puerta de la suite David sujetó mi pecho derecho con su mano izquierda, puso su mano derecha en mi sexo y me apretó contra su polla, que siguió restregando en mi culo.

David me puso a más de cien. Me quitó la blusa y la falda, me besó en el cuello, me quitó el wonderbra, con sus manos apretó mis pechos y pellizcó mis pezones, acarició mi vientre, metió su mano derecha dentro de mis bragas, frotó mi sexo y metió su dedo corazón en mi sexo. David me hizo sentir su polla dura en mi culo.

- David, que me metan los dedos en el sexo me pone a más de cien, pero que me metan la lengua me pone a más de mil.

David me echó sobre la cama. Caí boca arriba. David me arrastro al borde de la cama, se arrodilló, me quitó las bragas y me abrió de piernas. Yo me incorporé y me apoyé sobre mis brazos.

- Sabrina, te voy a comer el sexo.
- David, pórtate bien, quiero un orgasmo.
- Sabrina, tendrás un orgasmo de primera y me pedirás que te folle.

David besó mi sexo, cubrió mi sexo de besos; pasó su lengua por mi sexo de abajo a arriba, despacio, que es como me gusta; abrió mi sexo con los dedos de sus manos y metió su lengua en mi sexo. Sentir la lengua de David moverse dentro de mi sexo me estaba haciendo perder el sentido.

- Sabrina, chupar tu sexo me ha gustado. ¿Te ha gustado a ti?

Estaba tan excitada que mi respuesta fue inmediata, espontánea y sincera.

- Sí, David, sí. Chupa mi sexo siempre.

David volvió a chupar mi sexo y mientras chupaba mi sexo empezó a frotar mi clítoris. Yo gemía. Cuando mi clítoris estaba al rojo David pasó su lengua por mi clítoris. Yo estaba muy cerca del orgasmo, de perder el control. David se dio cuenta y para terminar de excitarme y provocarme el orgasmo combinó sus dedos y su lengua en la estimulación de mi clítoris. El último toque con su dedo corazón de su mano derecha me llevó al orgasmo y caí sobre la cama. Mientras estaba teniendo el orgasmo David chupó mi clítoris e introdujo su lengua en mi sexo.

Cuando me recuperé del orgasmo me senté en el borde de la cama y vi a David recostado en un sofá sobre unos cojines. David se estaba masturbando. La polla de David estaba erecta.

- David, quiero tu polla dentro de mi sexo.

Me acerqué a David. Miré hacia abajo. David tenía la polla apuntando hacia arriba, en la vertical de mi sexo. Agarré la polla de David, descendí y la deslicé dentro de mi sexo. Me incliné sobre David, sentí sus manos en mi culo, le besé en la boca con mucha lengua y le ofrecí mis pechos. David besó y chupó mis pechos y mis pezones. Yo cabalgaba con la polla de David dentro de mi sexo. Mis pechos se movían al ritmo de mis cabalgadas. David presionó mi culo hacia él. Sentí la polla de David muy adentro de mi sexo. Besé a David en la boca. Metí mi mano derecha entre el cuerpo de David y el mío y presioné mi clítoris hasta el orgasmo. David siguió magreando mi culo y comiéndome a besos.

Me puse de pie, delante de David.

- David, fóllame otra vez.

David me cogió por la cintura y me tumbó sobre él boca arriba. Entre mis piernas asomaba la polla erecta de David. David me sobaba los pechos con su mano izquierda y con su mano derecha frotaba mi sexo y mi clítoris.

- Sabrina, cógeme la polla y métela en el sexo.

Obedecí encantada porque quería volver a sentir el placer de tener la polla de David dentro de mi sexo. La situación era perfecta: la polla de David dentro de mi sexo, David apretándome los pechos con sus manos, con sus dedos estimulando mis pezones y yo frotando mi clítoris con una mano y con la otra empujando la polla de David lo más adentro de mi sexo. Después de unos minutos mis pezones estaban erectos y mi clítoris echaba humo. Yo estaba cerca del orgasmo. Conseguí mi tercer orgasmo cuando cogí la mano derecha de David, la llevé a mi clítoris y presioné intensamente. Tuve mi tercer orgasmo de la tarde.

- David, me has conquistado. Fóllame siempre. Fóllame cuando quieras, fóllame como quieras.
- Te voy a follar ahora mismo. Yo echo los polvos de tres en tres.

David me abrió de piernas. Apoyé mis brazos en la cama. David cogió su polla dura y me la deslizó dentro de mi sexo. David empezó a embestirme con verdadera furia. En cada una de las embestidas me hacía sentir su polla en mis entrañas y sus pelotas en mi entrepierna.

- Sabrina, siempre que quieras te follaré. Me gusta follarte.
- ¡Sigue, David, sigue!

Y David siguió embistiéndome, siguió haciéndome feliz. Pero se detuvo con la polla muy adentro de mi sexo y con su mano derecha presionó mi clítoris. Tuve mi cuarto orgasmo. David volvió a embestirme una, dos, tres veces.

Me senté en cama. Vi enfrente la polla de David, erecta, apuntándome a la boca. Tuve una reacción instintiva: agarré la polla de David y empecé a hacerle una paja, a chuparle la polla y a metérmela en la boca. Quería que David se corriese. Aceleré el ritmo de la paja y de las chupadas. No paraba, no paraba de hacerle la paja y de chupar y chupar su polla fabulosa. Me hacía feliz tener la polla de David dentro de mi boca. Pero lo que me hizo feliz hasta casi la locura fue que David derramase su semen por mi cara, mi cuello y mis pechos. Metí la polla de David en mi boca. David lleno mi boca con su semen delicioso y fui feliz, muy feliz.

Desde nuestra primera sesión de sexo David ha ascendido en la empresa como la espuma. Es mi empleado de confianza. Pero lo mejor de David es que me folla siempre echándome los polvos de tres en tres.
  

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