domingo, 13 de enero de 2013

ME GUSTA FOLLAR DURO



Me gusta follar duro. Me llamo Ingrid. Me inspira Aletta Ocean.

Entre los 18 y los 28 años he tenido tres novios, dos maridos y cuatro amantes. Han sido mis parejas estables, pero a todos fui infiel porque ninguno me dejaba satisfecha después de follar. Les fui infiel con más de cien hombres; ha habido veces que he follado con dos, tres y cuatro hombres a la vez. Pensaréis que soy una zorra, pero soy una luchadora del sexo. Mi objetivo siempre ha sido que un solo hombre me dejase satisfecha después de una sesión de sexo; encontrar a ese hombre me ha llevado diez años; ahora es mi pareja, pero cuando follamos por primera vez era el novio de mi mejor amiga.

Mi amiga Almudena me decía siempre que su novio la follaba mucho y muy bien, por la mañana y por la noche, que los fines de semana vivía una locura de sexo, que la follaba hasta siete y ocho veces.

Decidí que tenía que follar con ese superdotado del sexo. Quizá fuese el hombre que llevaba años buscando. Le llamé a casa un día que Almudena estaría fuera de la ciudad.

Preparé unas copas para entrar en calor. Empecé a insinuarme con gestos obscenos, como pasarme la lengua por los labios o acariciar la copa como si estuviese haciendo una paja a una polla dura.

-David, Almudena me dice que la follas mucho y bien.
-No sabía que hablaseis de esas cosas.
-¿Cómo la follas? A mí siempre me ha gustado que me follen duro.
-¿Te estás insinuando al novio de tu mejor amiga?
-¿Me follarás duro?
-¿No te importa tu amistad con Almudena?
-Me importa follar. Te he llamado para que me folles duro.
-Eres una zorra.

Que David me llamase zorra me puso más cachonda de lo que ya estaba.

-Seguro que quieres follarme. ¿A qué estás esperando? ¿A ver si todo lo que dice Almudena es mentira? ¿A ver si vas a ser mariquita?

David reaccionó a mi satisfacción. Terminó de beber su copa y la mía, me rasgó la blusa y me la quitó, me arrancó el wonderbrá, me cogió los pechos y los empezó a lamer.

-¿Me vas a follar duro?
-Te voy a follar tan duro que sólo querrás follar conmigo.

David metió su mano derecha en mis bragas y empezó a frotar mi sexo. A cada segundo estaba más excitada.

-Ingrid, tu sexo va a echar humo.

David besó mi boca, pasó su lengua por mis labios; busqué su lengua con la mía; con su mano derecha seguía excitando mi sexo.

-Ingrid, espero que seas muy, muy zorra.
-David, seré tan zorra como me pidas.

David me llevó al dormitorio, me sentó en el borde de la cama y me quitó las bragas.

-Ingrid, si quieres que te folle duro me dejarás que te coma el sexo.
-Sí, sí, sí, cómeme el sexo y fóllame duro.

David abrió mis piernas y besó mi clítoris; abrió mi sexo y por él pasó la lengua; David acarició, besó y frotó mi sexo y mi clítoris como ningún hombre lo había echo antes.

-Ingrid, me gusta tu sexo.
-David, sigue, sigue.

David obedeció y llegué al orgasmo.

-Ingrid, ¿estás lista para que te folle duro?
-Sí, sí. Fóllame muy duro.

David agarró su polla dura, erecta como un misil, y la deslizó dentro de mi sexo. Sentir toda la polla de David dentro de mí me hizo muy feliz.

David se tendió sobre mí, agarró mis pechos y besó mi boca; estimuló mis pezones, mientras su lengua entraba en mi boca; yo abrazaba a David, que me follaba.

Entre beso y beso nos decíamos cosas bonitas que nos excitaban más y más:

-Fóllame como follarías a una zorra.
-Me gusta lo puta que eres.
-Méteme la polla hasta muy adentro.

Pero David sacó la polla de mi sexo y con ella presionó mi clítoris. Gemí de placer.

-Gozas como una puta zorra.
-Soy tu puta, soy tu zorra.

David metió su polla en mi sexo, me sujetó por las muñecas y me folló como un poseso.

Gemía como una zorra al borde del orgasmo. David se dio cuenta, sacó su polla de mi sexo y presionó mi clítoris con tanta fuerza que sentí el orgasmo más intenso de mi vida.

-Ahora me tienes que demostrar que eres tan zorra como dice Almudena.
-¿Cómo quieres que te lo demuestre?
-Coge mi polla y juega con ella.

Me puse loca de contenta, porque lo que más me gusta después de echar un buen polvo es saborear una polla dura y conseguir que el hombre se corra a chorros.

-Te voy a chupar la polla como nunca te la han chupado y te vas a correr como nunca te has corrido.

David estaba sentado en el borde de la cama, me arrodillé delante de él, le agarré la polla y empecé a hacerle una paja, a chuparle las pelotas y la polla; me metí la polla en la boca, toda la polla, y fui feliz.

-Chupas muy bien; sigue chupando.

Agarré la polla de David; le hice una paja a toda velocidad, mientras le chupaba la punta de la polla.

-Estoy a punto de correrme.

Di una última chupada a la polla de David, se corrió a chorros. El semen de David cubrió mi cara; me metí la polla en la boca y sentí un último chorro de semen en el paladar; saqué la polla de la boca y la chupé; recogí el semen de mi cara, me lo llevé a la boca, me relamí. Fui feliz.

-Me gusta lo zorra que eres.
-Me gusta lo duro que follas.

David dejó a Almudena y yo a mi novio. Por una vez no soy fiel a mi pareja porque me folla muy duro.

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